04/09/2015 | La Razon

Julio César Baldivieso esperó —y reclamó— durante mucho tiempo porque este día por fin llegue: su debut como seleccionador nacional se producirá esta noche (20.30) en Houston, Estados Unidos, donde Bolivia saltará a la cancha para medirse con Argentina en un partido amistoso de preparación a un mes y días del inicio de las eliminatorias para el Mundial Rusia 2018.

Hace una semana, el sueño de Baldivieso —un notable jugador en su época— se hacía realidad. Los diarios del país abrían las portadas de sus suplementos deportivos con la noticia: “El Emperador” —así se hace llamar— había sido elegido DT de la Verde.

Fue algo impensado para él y para todos. Julio César Baldivieso hasta había perdido las esperanzas. Unos días antes, el español Miguel Ángel Portugal fue anunciado por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) como nuevo seleccionador; sin embargo, la Liga le bajó el pulgar y el Comité Ejecutivo tuvo que elegir de nuevo.

Los dirigentes ni siquiera lo tenían en planes. “Eduardo Villegas es el virtual seleccionador nacional”, declaró el jueves al comenzar la tarde el presidente de la Liga, Marco Ortega. Pero el entrenador de Bolívar lo pensó dos veces y decidió rechazar la oferta. Ahí entró Baldivieso. No tardó nada el acuerdo. Por la noche ya hacía declaraciones en su residencia de Cochabamba como el nuevo entrenador de Bolivia.

Todo fue muy rápido. El lunes por la mañana firmó su contrato en La Paz y ese mismo día, por la tarde, comandó su primer entrenamiento del seleccionado que hoy mandará a la cancha para rivalizar ni más ni menos que contra la selección subcampeona del mundo. En otras circunstancias le hubiera gustado debutar en este partido. Bajo las actuales, lo mejor que le habría pasado es que no se jugara ante la albiceleste.

Con un entrenamiento serio, realizado el martes en el estadio Tahuichi Aguilera, que le permitió armar a la rápida el equipo, hoy el exfutbolista se sentará en el banquillo para dirigir por primera vez a Bolivia y depender de lo que hagan los 11 en el campo de juego para que su debut sea el soñado o se convierta en una pesadilla.

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