30/06/2016 | La Razon

William Ferreira termina este jueves su contrato con Bolívar, el club que le rindió culto durante todo ese tiempo, pero inexplicablemente hace 10 días ?olvidando del ?idilio? que ambos construyeron- decidió darle un portazo al no permitirle entrenar con el plantel ni compartir sus últimos días como académico con sus compañeros y amigos

El martes 21 de este mes por la mañana asistió a Tembladerani a iniciar su labor como cualquiera de los trabajadores con contrato con el club, pero por una ?orden superior? le negaron la entrega de ropa de entrenamiento y lo mandaron a ?arreglar? con los dirigentes su situación, que hasta la fecha ?cuando finaliza oficialmente su relación contractual con el club- no se ha aclarado, aunque todo apunta a que se trata de un caso cerrado y que su ciclo académico ha llegado a su final.

El mejor jugador de Bolívar de los últimos siete años, máximo goleador del fútbol boliviano en tres temporadas y autor de 153 goles oficiales ?algunos inolvidables- con la camiseta celeste ?entre los que convirtió en los torneos de la Liga y en las varias ediciones de Copa Libertadores y Sudamericana que disputó- esperó que llegara este día entrenándose por su cuenta apelando a la colaboración de algunos amigos que le ayudaron a estar en ritmo, a la vez que hablaba con gente de Bolívar intentando saber a ciencia cierta, pero sin hallar una respuesta, si era factible la renovación de un acuerdo o debía partir de una vez y girar su mirada hacia otro lado.

?Me parte el corazón que no le dejaran entrenar, porque aparte de ser un líder es una excelente persona y profesional?, llegó a decir el golero de Bolívar Romel Quiñónez, quien no fue el único de sus compañeros intentando hallar una explicación al por qué de este cuasi final de ?uno de los pilares del club en los últimos años?.

Una grave lesión, la rotura de un tendón de Aquiles, lo sacó en la última parte de la temporada pasada del fútbol, aunque al volver sobre el final, con empeño y el talento innato goleador que tiene volvió a visitar las redes contrarias unas cuantas veces.

Ferreira cierra un innegable ciclo exitoso con el club de sus amores del último tiempo, y aunque probablemente lo siga amando hasta el final, parece haber en su camino un nuevo horizonte, impensadamente solo cruzando a la vereda de enfrente.

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