El estadio del Club Bolívar

Club Bolivar

30/10/2017 | Pagina Siete

Iván Monje Exdirigente de Bolívar

Hay una gran historia detrás de la construcción del estadio Libertador Simón Bolívar y en momentos en que el señor Marcelo Claure va a encarar este tema con el presidente Evo Morales, es un deber recordar a los bolivaristas los acontecimientos que precedieron a la construcción de esta obra.

La Alcaldía de La Paz concedió en los años 40 a los clubes Bolívar y The Strongest áreas para sus propios campos deportivos. La zona de Tembladerani es inestable y los terrenos asignados a The Strongest se deslizaron y sólo quedó el área de la cancha del Bolívar. En 1972, el doctor Guillermo Monje, gran visionario y defensor del patrimonio del club, convenció a la dirigencia de esa época, la recuperación de los predios, los que con el transcurso de las décadas, habían sido avasallados por los vecinos y comerciantes.

La superficie recuperada apenas era un 40% de la original y con dinero de su propio patrimonio, construyó el muro perimetral y consolidó el derecho propietario. En 1973, don Mario Mercado Vaca Guzmán y su directorio dieron el primer paso para el sembrado del terreno y disponer de una cancha de césped para el primer equipo. Entre 1973 y 1975, por el cierre del Estadio Hernando Siles por remodelación y ampliación para los Juegos Bolivarianos de 1977, se realizaron las obras de construcción del estadio del club. Ante un presupuesto ajustado, mediante un crédito de la Alcaldía, se determinó un modelo de estadio en base a estructuras metálicas provistas por Varitech de Argentina, que utilizó las estructuras del estadio del Club Vélez Sarsfield. La tribuna norte fue encargada a la empresa constructora Azcui.

Lo interesante fue el sistema utilizado para los cimientos de las estructuras metálicas, mediante pilotes, ya que el terreno deleznable no permitía cimentación tradicional. La inauguración del estadio de Tembladerani En 1975 el estadio, con las tribunas norte y sur, fue inaugurado con un partido entre Bolívar y The Strongest (1-1). En 1976 Bolívar se consagró en su propia cancha campeón invicto del torneo de la AFLP (el único tricampeón invicto), pero su momento de mayor gloria fue en 1977, al cobijar los dos partidos de las Eliminatorias para el Mundial 1978 y el recordado Tamayazo del 1-0 frente a Uruguay.

Hoy sólo queda la tribuna norte, ya que las estructuras metálicas fueron retiradas. Sin embargo, quedan los pilotes como base para construir sobre ellos las nuevas tribunas. Estos pueden abaratar los costos de construcción si es que el diseño de ingeniería se ajusta a las cargas permitidas. En la mirada al futuro, el nuevo estadio debe ser diseñado a partir de las dimensiones del terreno de juego. Hoy es una cancha con medidas mínimas que da ventaja a los rivales, pero para aprovechar la fortaleza de la localía, la cancha debe tener medidas máximas, de tal forma que los equipos que sean visitantes no tengan la oportunidad de cerrar espacios. Recién en función a las necesidades futbolísticas, es decir en base a las dimensiones máximas de la cancha, se debe elaborar el proyecto arquitectónico.

El nuevo estadio debe ser un fortín inexpugnable para el equipo de Bolívar, sin permitir a los visitantes refugiarse en su campo y cerrar los espacios. Los rivales deben correr mucho más para marcar a nuestros jugadores, lo que obviamente nos dará grandes ventajas para ganar los partidos. El objetivo primario es el deportivo, es decir cimentar los campeonatos con el 100% de los puntos ganados en casa y luego, en base a esas dimensionas del terreno de juego, adecuar el diseño de arquitectura e ingeniería para maximizar la capacidad de espectadores.

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