Murió Javier Ortuño, dejó su huella en Bolívar

Fue artífice de la llegada de jugadores emblemáticos y cracks.

30/01/2019 | El Diario

La mañana de ayer martes, Javier Ortuño partió a los 79 años, producto de un cáncer que no pudo vencer en el último año. Se marchó rodeado de su familia, en una clínica de la ciudad de La Paz, mientras que desde Bolívar anunciaron siete días de duelo y un minuto de silencio en el próximo partido del equipo por el torneo boliviano.

Ocupó varios cargos, aunque desde la posición de presidente del Comité de Fútbol de Bolívar por varios años, fue el artífice para la llegada de grandes jugadores al cuadro paceño y estuvo cerca de concretar junto al entonces presidente Mario Mercado (fallecido) el fichaje de Diego Armando Maradona, en el año 1992.

Ortuño nació el 11 de diciembre de 1939, en Luribay, en La Paz, y su llegada a la Academia se produjo gracias a la invitación del sacerdote Luis Vera, un seguidor de los celestes. Justo se integró en un momento complicado para Bolívar, porque había descendido de categoría y en 1965 fue invitado para la famosa “Operación Retorno” de ese año, que comandó el entonces presidente Luis Eduardo “Chichi” Siles, acompañado de otros directivos. El objetivo se cumplió para devolver al club a la máxima categoría del balompié paceño.

En los 54 años como dirigente, Ortuño acompañó las gestiones de Mario Mercado, Jorge Lonsdale, Luis Mercado, Mauro Cuéllar y Guido Loayza. Además, también fue parte de la Comisión de Selecciones de la Federación Boliviana de Fútbol, en la década del 90 del siglo pasado.

En la Academia, fue miembro del Comité de Fútbol y por varios años su presidente, desde donde fue el artífice de la contratación de figuras del balompié nacional y otros extranjeros. Tenía un buen ojo para contratar jugadores y, sobre todo, el poder de convencer a los futbolistas para fichar por el club.

Entre esos jugadores estuvieron Marco Etcheverry, Erwin Sánchez, Ramiro Castillo, Julio César Baldivieso y Carmelo Angulo. Y como no olvidar la llega del aquero Carlos Leonel Truco y del volante Fernando Ochoaizpur, ambos argentinos que luego se naturalizaron boliviano y vistieron la camiseta de la Selección Boliviana, además de otros extranjeros que vistieron la camiseta celeste..

Hombre de buen carácter, de sonrisa franca, siempre buscaba soluciones hasta encontrarlas. Era un dirigente que apostaba por el diálogo, buscando la conciliación.

“Bolívar es mi vida”, repetía una y otra vez, porque tenía el orgullo de haber sido parte de 25 campeonatos logrados por Bolívar, 22 de ellos en la ahora División Profesional del Fútbol Boliviano (hasta el 2017 Liga).

“Somos el equipo más laureado del país, para mí primero esta Dios, mi familia y mi club”, decía, porque también era hombre de fe, creyente del Todo Poderoso y también de la cultura andina de nuestro país, de la Pachamama, de la Milluch’ada para alejar la mala suerte que a veces le perseguía a su Bolívar.

“Lo hice para recordar también a don Mario Mercado que estaba de cumpleaños. Él creía mucho en este ritual”, comentó en agosto de 2018, cuando hizo el ritual en su negocio de la calle Sagárnaga.

En alguna entrevista que le hicieron recordó que su mayor alegría fue ver a Bolívar disputar la final de la Copa Sudamericana de 2004 frente al Boca Juniors argentino.

“Mi alegría más grande fue la de 2004, cuando fuimos finalistas de la Copa Sudamericana y jugamos contra Boca Juniors”, aseguró en esa oportunidad.

Ortuño tenía una galería de prendas de vestir de lana de alpaca, de cuero y otros, en la calle Sagárgana, en pleno centro de la ciudad de La Paz, a una cuadra y media de la iglesia de San Francisco. Negocio que lo administró desde la década del 70 de siglo XX.

Además, también estuvo ligado al automovilismo hace varios años.

Cuando asistía al estadio Hernando Siles, tenía su butaca junto a otros directivos del club, lugar que desde este 2019 ya no volvió a ocupar. Paz en la tumba de Javier Ortuño, un bolivarista de gran corazón.

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