Empate con golazo de Ferreira
08/05/2014 | Bolivar hemeroteca
09/05/2014 | PASION LIBERTADORES
Trajo un valioso empate
Bolívar escarmentó desde aquel primer choque eléctrico que le dio Emelec en su debut en esta Copa.Y vaya si aprendió la lección. Porque desde esa presentación gris, el Celeste nunca más perdió: tres triunfos y cinco empates constituyen la campaña de ensueño de un grupo de hombres que se ilusiona a lo grande. Esta noche, el equipo dio la talla ante Lanús para resistir primero el tempranero golpe y gritar con fuerza en la última jugada del partido. Fue una nueva muestra del potencial del conjunto que formó Xabier Azkagorta. El 1-1, con goles de Oscar Benítez y William Ferreira (de los mejores de esta competencia), tuvo sabor a victoria por la visita. La semana próxima, en La Paz, se sabrá quién tendrá su lugar en la semifinal de la Copa Bridgestone Libertadores. .
Las 3 claves del partido
1 La convicción de Bolívar
La caída por la diferencia mínima no era un mal resultado para el equipo boliviano. Con las comentadas ventajas que saca en la altura, perder 1-0 en la casa del campeón de la Copa Sudamericana no era una tragedia. Y cuando llegó el empate, la visita lo sintió como un triunfo. ¿Por qué? Porque en La Paz, Bolívar podrá jugar ante su gente como lo hace en cualquier estadio del continente: con vocación para edificar juego y respeto por la circulación de pelota. Esa impronta que le selló Azkagorta fue al cabo la que lo llevó a ir perdiendo por la mínima y la que dio empuje para lograr la igualdad. Y esa identidad que mostró a lo largo de la competencia es lo que lo ilusiona con la semifinal.
2 El doble pecado granate
Los resultados desnudan falencias. Por más que el análisis deba ser otro, la minuciosidad queda a veces desplazada por la chapa final. Lanús construía un buen triunfo en base a un despliegue generoso y a la permanente búsqueda de la mejor opción de ataque. Pero ni aumentó la ventaja ni supo cuidar esa diferencia a su favor. Atraído por el repliegue visitante, fue hacia adelante y resignó disciplina táctica. Careció de efectividad para volver a gritar y perdió presencia en la mitad de la cancha al momento del regreso. Y si bien el golazo poco tuvo que ver con el posicionamiento defensivo, la no adopción de una postura definida le costó el éxito.
3 Así se hace, Willy
El pensamiento inmediato remite a la altura de La Paz. Si así le pega William Ferreira en el llano, cuánto más daño podría hacer rematando a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Condiciones geográficas al margen, el gol del delantero uruguayo es brillante en cualquier escenario. Había rematado poco desde afuera el Celeste en el complemento, pero la última jugada fue la mejor. Al menos 30 metros para un zapatazo que se fue abriendo contra el palo izquierdo y cuya potencia hizo estéril el vuelo de Agustín Marchesín. De los mejores, sino el mejor, de esta Copa.
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