Jugadores historicos
14/10/2023 | EL DIARIO
Cuando Néstor Raúl “Negro” Orellana era anunciado en la alineación de su equipo, la parcialidad respiraba denotando tranquilidad; es que el estilo de su juego tenía todas las propiedades que perfilan a un centrocampista óptimo: inteligencia, concentración, equilibrio, manejo del ritmo de juego, personalidad y jerarquía.
Brilló a mediados de los ‘80 y principios de los’90 y desde que dejó de jugar profesionalmente, no se pudo apreciar en otro deportista el estilo que desplegó en los años dorados de nuestro balompié.
Orellana nació en Salta (Argentina) y llegó a Bolivia en el año 1985; desde entonces, hasta la fecha fue adoptado por nuestro país y bautizado cariñosamente con el apodo de “Negro”. Al iniciar la entrevista con RETRO FÚTBOL de EL DIARIO; él recuerda su infancia en Ingenio de San Martin de Tabacal, provincia de Salta; lugar donde nació:
“Lo más lindo de mi infancia es haber aprendido a jugar fútbol; de niño participaba en el torneo ‘Evita Perón’ en las provincias de Salta y Córdoba y llamaban gran expectativa. Debo agradecer a mi padre, mi madre, mis tíos y a la gente de mi pueblo Hipólito Irigoyen que me incentivaron para que jugara fútbol desde muy pequeño”, recuerda.
Agrega que a los 14 años, con mucho éxito viajó a Buenos Aires para entrenar y ser parte de las divisiones inferiores de Chacarita Junior. “Jugué en sexta y quinta división, después retorne a mi pueblo (Hipólito Irigoyen), para continuar mi carrera, momento en el que pude integrarme al club Independiente donde me vio jugar el Director Técnico de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. A los 18 años debuté en la primera división del fútbol argentino”, relata sus inicios.
“Negro” Orellana es una persona muy respetuosa, de poco hablar, pero con las ideas muy claras y concisas. Es ordenado e inteligente para respuestas, siempre amable con el periodismo y muy pocas veces cuestionado. Su perfil espiritual le guarda gran agradecimiento a nuestro país, en el cual echó raíces, formó un hogar con la señora Janett López, una bella dama boliviana con quien tienen un hijo que también juega al fútbol de manera excelente y quien lleva el mismo nombre de su papá.
“En el año 1985 había un jugador llamado Ramón Viera quien tenía que arreglar con el club Bolívar; entonces Marcial Acosta me propone probarme para este club, acepto la oferta y llego a Bolivia junto a Ramón y me quedo hasta hoy”, recuerda con satisfacción y agradecimiento.
Y continúa: “Bolivia es mi segundo país, logré aquí una vida profesional en el fútbol, con muchos amigos en la cancha y fuera de ella; sobre todo quiero agradecer a la gente paceña que me cobijó y hasta ahora me demuestra cariño y respeto en todo momento”, afirma muy convencido.
La mayor parte de la carrera deportiva de Néstor Raúl se desarrolló en nuestro país y se resume de la siguiente manera: Inferiores de Chacarita Juniors (Buenos Aires- 1974 – 1975); categoría séptima, sexta y quinta D.T. Ernesto Duchini); Primera “B”: Club “Gimnasia Tiro de Salta” (1976), DT René Domingo Taritolay.
En el fútbol profesional argentino militó en el club Gimnasia y Esgrima de Jujuy de 1978 a 1981; club Central Norte de Salta (1984) y Gimnasia y Esgrima de Jujuy (1984).
En 1985 comenzó una brillante campaña personal en el fútbol boliviano, militando en Bolívar que ese año salió campeón nacional y cuyo técnico era Moisés Barack. En 1986, Orellana salió segundo goleador de la Liga Profesional del Fútbol Boliviano con 34 tantos en su haber, pero esta vez militando en el club Litoral que estaba dirigido por Wilfredo Camacho; en 1987 pasó a las filas de The Strongest cuyo entrenador era Juan Farías; ese año, el Tigre tuvo regular participación en Copa Libertadores de América representando al país frente a los clubes América y Deportivo Cali de Colombia.
Su permanencia en el Tigre se prolongó hasta 1989 y vistiendo la “aurinegra” participó en otra Copa Libertadores, esta vez bajo el mando de Isaac Álvarez y Jhonny Bermudez, ese año enfrentaron a planteles uruguayos.
En 1990 pasó a formar parte de Litoral, cuyo técnico era René Olmos. En 1991 militó en el fútbol de Sucre, vistió la casaca de Independiente cuyo técnico era el recordado Luis Emilio Ludueña.
El año 1992 marcaría su retorno a filas celestes, con la Academia tuvo una nueva incursión en Copa Libertadores. De entonces, recuerda gratamente al cuerpo técnico que estaba conformado por Jorge Habegger y Luis Orozco.
En 1993 prestó servicios en el club Universitario de Potosí, en 1994 en San José de Oruro y concluyó exitosamente en 1997 en el club Municipal dirigido por Daniel Valencia.
“En el club Bolívar tuve la suerte de poder jugar el campeonato del año 1985 y hacer 17 goles y salir campeón. Otro momento inolvidable fue jugar en la Copa Libertadores de 1987 en el club The Strongest contra Deporte Cali, Oriente Petrolero y América de Cali, pero sin duda, el mejor recuerdo que me quedó en toda mi carrera futbolística en Bolivia es el haber hecho 89 goles”, rememora y resume los momentos inolvidables en sus 20 años de fútbol activo.
Asegura que dejó de jugar porque consideró que cumplió un ciclo futbolístico y empezó otra etapa que fue enseñar sus conocimientos, “ y sobre todo mi experiencia futbolística en las escuelas de fútbol, a niños de todas las edades”, remarca.
Con la autoridad que le otorga el haber prestado servicios futbolísticos tantos años en nuestro país, realiza un análisis muy acertado de la coyuntura: “El fútbol de antes era distinto, porque había jugadores con más técnica, habilidad, actitud con buena formación, llegaban buenos valores del exterior y también estaban los bolivianos que tenían buenas condiciones, sentían mucho amor a su camiseta. Ahora juegan solo un partido o dos y ya los incorporan a la Selección Boliviana; sigo pensando que tienen buena habilidad, pero los técnicos que llegan a este país deben pensar que también hay jugadores en diferentes lugares”, dice.
“En el futbol de mi época asistían por lo menos 10.000 personas a cualquier partido y eso motivaba más a los jugadores. Ahora solo se llena el estadio cuando juegan los clásicos y cuando vienen otros equipos la gente no asiste”, agrega.
“También se tiene que fomentar el futbol en las divisiones inferiores, pero con mayor tiempo de campeonatos no simplemente de tres o cuatro meses que luego se paran y no se ven resultados. Las asociaciones tienen que organizarse mejor”, analiza. Orellana es un convencido de que “el fútbol de antes era menos mercantilista”.
El tiempo se hace insuficiente para hablar con este salteño que conquistó Bolivia y cuyo deseo personal es muy modesto con relación a lo que le dio a la hinchada: “Mi mayor deseo es que mejore el fútbol, que los chicos paceños se dediquen más al deporte, que sus padres los apoyen y que los clubes les den la oportunidad de mostrarse; no solo en los Yungas hay buenos jugadores, también hay en el altiplano. El jugador boliviano tiene mucha técnica y habilidad pero los clubes tendrían que buscarlos”, concluye.
‘ El fútbol de antes era menos mercantilista que ahora’
FICHA
Nombre: Néstor Raúl Orellana Erazo
Lugar de nacimiento: Ingenio de San Martin de Tabacal (Salta –Argentina)
Fecha de Nacimiento: 27 de enero de 1959
Lugar de radicatoria actual: La Paz – Bolivia
Ocupación actual: Entrenador de fútbol – Sporting Coroico
Familia: Janett López (esposa); Néstor Raúl (hijo)
GHILKA SANABRIA P.
“Las opiniones.. expresadas en esta noticia son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de bolivar.com.bo”
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